Pon atención y aprende a comer de forma sana y equilibrada.
Si te preguntan cómo es tu dieta, seguramente dirás que comes bien. Posiblemente se deba a esa autocomplacencia que nos hace creer que estamos sanos, tenemos una buena forma física y estamos en nuestro peso.
Pero luego vamos a una revisión médica del trabajo y muchos volvemos con una más que aparente frustración, porque nos han dicho que nos sobran kilos y nuestro estado físico es muy mejorable.
¿Quieres que te ayudemos a comer bien, de verdad?
Casi todo lo que te vamos a contar ya lo has oído antes, pero no por eso deja de ser importante.
- Come cinco veces al día.
Toma algo a media mañana y a media tarde y llegarás a las dos comidas principales sin tanta ansiedad y apetito.
Si no tomas nada desde las 7 de la mañana hasta las 14h, tu cuerpo creerá que no vas a comer nunca más (sí, es algo exagerado, pero lo cree) y se volverá ahorrador, así que no gastarás calorías.
Al comer más a menudo tu metabolismo se acelerará y gastarás más energía.
- Toma cinco raciones de fruta y verdura. Por lo menos.
Desayuna siempre, lo primero una fruta o un zumo.
A media mañana y a media tarde otra fruta u otro zumo.
En la comida, de primero, verdura (sola o con pasta o con arroz).
De guarnición, con la carne o el pescado, una ensalada o unas verduritas.
De postre, yogur, o fruta de nuevo, si te gusta más.
En la cena acompaña la proteína con verdura, en ensalada, al horno, o en puré.
Ya vas más de cinco ¿Ves cómo es muy sencillo?
- Bebe dos litros de agua al día. Ayudas al metabolismo de las grasas, facilitas el tránsito intestinal y mejoras el aspecto de la piel. Puedes tomar además de agua, infusiones, caldos sin grasa o zumo.
- Come de todo. Además de no aburrirte y poder hacer menús variados, conseguirás que no te falte ningún nutriente.
- No repitas, o comerás dos veces. Ponte una ración razonable y procura quedarte “ligeramente” insatisfecho.
- No abuses de la sal. Los alimentos ya la contienen. Prueba a aderezar tus platos con hierbas aromáticas o con limón, ajo…etc. Te sorprenderás.
- No te olvides de las legumbres, fuente de minerales y proteínas y combínales con verduras para que sean completas. Tampoco renuncies a las patatas, con vitamina B6 que mejora tu estado de ánimo e impulsan la actividad cerebral.
- Consume carnes magras, con menos grasas, pesado tanto blanco como azul y huevos. Te aportarán proteínas y vitaminas del grupo B.
- Toma cada día al menos un yogur, mejor desnatado. Los lácteos son imprescindibles para los huesos, el cerebro y el sistema inmunológico.
- Evita el alcohol, la comida rápida, la bollería industrial y los dulces en exceso.
Date un capricho, de vez en cuando, y aprende a compensar los excesos. ¡ah! Y haz ejercicio de manera regular, así todo lo que comas lo utilizarás en tu beneficio.
Qué, ¿ya lo tienes más claro?