[:es]La modernidad, el progreso y la tecnología han hecho que cambie profundamente la vida de nuestras sociedades; cambios que han afectado a la ciudad pero también al campo. De hecho, estos cambios se han producido con especial relevancia en áreas rurales.
El mundo globalizado nos ha hecho creer que era posible vivir en el campo de la misma manera que se vive en la ciudad. Y es por esto que el modo de vida rural, caracterizado durante siglos por su autosuficiencia, ha dejado de serlo y se ha vuelto dependiente. Se puede decir que el campo ha perdido su capacidad de resiliencia. La resiliencia, que tanto se escucha y se lee últimamente para referirse a las ciencias sociales, ya se usaba antes para las ciencias de la vida y la ecología.
Una sociedad resiliente es aquella con habilidades y capacidades para encajar el estrés ambiental, sabiendo adaptarse a él sin cambiar sus patrones característicos para permanecer estable y sin graves perturbaciones.
Esta pérdida de capacidad de adaptación tiene que ver con el transporte, con las formas de producción, con el ocio… Por poner un ejemplo claro, las personas que viven en el campo se han vuelto totalmente esclavas del uso del automóvil. El medio rural tiene, obviamente una población menor y más dispersa que en las ciudades. Todos los servicios se encuentran localizados en áreas concretas por lo que el uso del transporte particular se hace indispensable.
La eSalud esta ayudando a cambiar, poquito a poco, estos modelos de comportamiento en relación con los desplazamientos. Dejar de coger el coche para ir al centro sanitario puede ser muy útil para las personas que viven en el campo, no solo porque se facilita la forma de atención, sino también en términos de sostenibilidad. La tecnología posibilita que no sea necesario desplazarse kilómetros, con el consumo de petróleo que eso conlleva, para una mera consulta de rutina que puede ser atendida por videoconferencia. De la misma manera en que mucha gente cambia su vida para vivir en el campo y comienza a tele-trabajar desde su casa, la tecnología nos permite realizar videoconferencias con nuestro médico sin necesidad de desplazarnos.
Son muchas las experiencias que se están poniendo en práctica en este ámbito, sobre todo dentro de especialidades en las que el diagnóstico se puede realizar de manera visual como dermatología, radiología u oftalmología, pero también en otras áreas como la endocrinología o la psiquiatría. Hoy en día muchas personas disponen de teléfonos móviles con cámaras de alta resolución. Esto posibilita, por ejemplo, que el paciente realice un autocontrol fotográfico de la evolución de una lesión cutánea y que la comparta con su médico, a kilómetros de distancia, obteniendo respuesta del mismo sin necesidad de desplazamiento al centro sanitario.
Este es solo un ejemplo más de la tecnología al servicio de las personas. La persona se coloca en el centro y la tecnología le ayuda a mejorar su calidad de vida. Recuperamos resiliencia. Los que trabajamos en este sector soñamos con transformar poco a poco el mundo en el que vivimos y cada día vamos dando pequeños pasos.[:]