[:es]De acuerdo a un estudio de la Fundación Orange, el proceso de transformación digital en el comercio estará vinculado a cuatro ejes fundamentales: cloud, mobile, IOT (Internet of Things) y redes sociales.
El importante aumento de dispositivos conectados, el desarrollo de nuevos medios de pago electrónico, de certificación o las experiencias avanzadas de validación tendrán consecuencias en el actual modelo, que se transformará para abrazar el nuevo formato de omnicanalidad.
De acuerdo al estudio, la omnicanalidad se perfila como el concepto más importante en el actual sector retail, de manera que el consumidor aproveche todos los canales existentes para comprar en un concepto que lleva asociados la automatización, la personalización y la recomendación. Todo ello ayudará a los retailers a potenciar su marca, acercarse a sus clientes, anticiparse a sus necesidades e incluso hacer revisiones y recomendaciones de forma más eficaz.
Pero, ¿esta evolución que ya es una realidad en el comercio, es una utopía en el mundo del seguro? Yo creo que no.
Cada vez son más las compañías que están transformando sus procesos “artesanales” en digitales, en los que el cliente final participa de una manera más activa.
Esta digitalización ha permitido la creación de productos mucho más personalizados en relación a las necesidades de los clientes, automatizando procesos, documentación o validaciones y haciendo que el producto llegue lo más rápido al mercado. Y como decimos, en esta digitalización el cliente pasa a ser parte activa del proceso. Sus características, sus hábitos y sus gustos personalizan el producto final.
Esto es gracias a la evolución del IOT yal desarrollo de apps que no solo sirven para ofrecer información al cliente, sino que permiten agilizar procesos de verificación, tasación, etc., reduciendo los tiempos y aumentando los parámetros de calidad y percepción de servicio.
Las compañías nos ofrecen apps que se utilizan a diario y no solo en caso de siniestro. Apps en el ámbito de la salud y el bienestar, como Inithealth, del hogar, de coches, etc. Aplicaciones que contienen funcionalidades adicionales a las propias del negocio: gestores de aparcamiento, localizadores de servicios de ocio, control del gasto energético, sincronización con wearables para incrementar la actividad física o incluso la posibilidad de comprar productos.
Se constata además que las aseguradoras usan de forma creciente las analíticas de datos para obtener un mayor conocimiento de los hábitos y gustos de su cliente, y así poder ofrecer información y promociones personalizadas, nuevos servicios en tiempo real y predecir la demanda. En este punto, la mediación cuenta con herramientas que les permiten ofrecer a sus clientes productos mucho más personalizados y ofrecer servicios de valor añadido aumentando la fidelización y la capacidad de servicio.
Los servicios en la nube, unidos al resto de tecnologías digitales, hacen posible el desarrollo de modelos de venta y distribución bajo demanda, que permiten acceder a las empresas a infraestructuras y servicios tecnológicos impensables hace unos años, en modalidades de pago por uso. Así, por ejemplo, pueden gestionar de forma flexible los picos de tráfico en campañas comerciales u ofrecer soluciones personalizadas.
Por su parte, el papel de las redes sociales deja de ser el de únicamente herramientas de marketing, para tener presencia a lo largo de toda la cadena de valor y convertirse en la base de un comercio social apoyado en la confianza.
La omnicanalidad es una realidad en el mundo del comercio y cada vez más en el mundo del seguro.
¿ Y tú qué opinas?[:]