Los tiempos están cambiando, el ritmo es frenético y esto provoca una fascinante incertidumbre sobre el futuro. Gran parte de culpa la tiene la digitalización de la economía global. Los clientes tienen necesidades nuevas a las que las empresas tienen que adaptarse. Por ello, han surgido en los últimos años infinidad de nuevas empresas que, explotando su valor diferenciador, pretenden hacerse un hueco en este nuevo mundo lleno de oportunidades. Aprovechar estas oportunidades es cada vez más accesible para las empresas gracias a la globalización que facilita la internacionalización.
Por ejemplo, PayPal supo ver la demanda latente que existía a nivel global para las necesidades de seguridad en los pagos en internet. Por ello, se internacionalizó para satisfacer las necesidades de clientes y empresas en las operaciones por internet. ¿Cómo se internacionalizó? A través de filiales comerciales, siempre asesorados por personal local que les guiara sobre el nuevo mercado. Este modelo se ha repetido con éxito en muchos casos de empresas tecnológicas. Otro ejemplo, esta vez nacional, puede ser Privalia que surge ante las necesidades que existen en las marcas de dar salida a colecciones antiguas y al creciente interés del consumidor en las compras por internet a buenos precios. Este modelo lo exportó a Latinoamérica con éxito y hoy es uno de los principales outlet online mundiales de moda.
Sin embargo, la implantación de una filial no es la única manera de internacionalizarse, existen otros:
- Exportación, que puede ser directa empresa-cliente o indirecta empresa-intermediario-cliente. Ejemplos hay miles: desde el desarrollo de una página web para una empresa internacional a la venta de vino a través de un distribuidor.
- Franquicias: La franquicia consiste en la cesión del producto o servicio, nombre, marca comercial o know-how del procedimiento de gestión y comercialización. Ejemplos: Mango o The Phone House que se ha convertido en el principal retailer independiente de telecomunicaciones gracias a su modelo de franquicias.
- Acuerdos de cooperación: se puede definir como un acuerdo B2B entre dos o más entidades mediante el cual deciden unir o compartir parte de sus capacidades, recursos y cartera de clientes/productos. Ejemplos como los del acuerdo entre Ryanair-Hertz o los acuerdos internacionales de las compañías de seguro son relativamente comunes hoy por hoy.
- Filiales propias: es el método de internacionalización más costoso y por lo tanto de más riesgo porque lleva consigo una importante inversión. Sin embargo, es el método donde existe un mayor control sobre la estrategia, marketing y demás herramientas clave para el desarrollo de la empresa. En muchos casos es necesario apoyarse en personal local que asesoren sobre las necesidades específicas del mercado para que la filial tenga éxito. Por ejemplo Privalia, PayPal entre otros.
El mundo cambiante actual es una fuente inimaginable de oportunidades. No obstante, debido a la fuerte competencia internacional es preciso una apuesta fuerte, rápida y decidida por potenciar y exportar el valor diferenciador de nuestra empresa al extranjero.